lunes, 23 de mayo de 2011

Al natural

Aunque me gusta más mirar que mostrar, tengo que reconocer que, de vez en cuando, me parece una fantástica idea andar por ahí como Dios me trajo al mundo. Es una sensación de libertad un poco extraña, por inusual, y de comodidad, por cachonderia simple y pura. Nadar desnudo, por ejemplo, es una de las mejores cosas que me pueden pasar y andar por mi casa sin nada encima, aunque termine convirtiéndose en un pajazo (siempre pasa) es tan rico como pasear ligero de ropas por la playa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario